Las 17 zonas erógenas de los hombres
Una especialista en sexo descubre las partes del cuerpo masculino que más placer generan. Da consejos para recorrerlas, mimarlas, besarlas... Y dejar a cualquier hombre sediento de placer.
A lo mejor crees que los hombres solo tienen una zona erógena: el pene. Pero si queréis convertirte en una amante verdaderamente sensacional tenéis que ser un poco más creativa. Explora cada centímetro de su cuerpo, y no solo pensará que sos fantástica en la cama, sino que se sentirá más inclinado a devolver el favor, lo cual tiene que ser bueno.
Cuero cabelludo
Hay muchísima tensión acumulada en el cuero cabelludo, y un buen masaje en la cabeza hará que casi todos los hombres se derritan mientras los liberas de su estrés.
Orejas
Morderlas suavemente, chupa y sopla en y alrededor de ellas. No le metas la lengua si no estás segura de que le gusta.
Labios
Excítalo pasando sensualmente la lengua sobre su labio inferior. Prueba morderle con suavidad uno de sus labios o succionarlo al interior de tu boca. Plántale besitos. Experimenta con diferentes estilos de besar.
Cuello
Los besos suaves y arrastrados por el cuello hacen que a casi todos los hombres se les aflojen las rodillas. Ni se te ocurra darle un bocado que deje marca. ¿Acaso tenéis quince años?
Hombros
Frótale los hombros mientras lo llevas a la cama y sé creativa con ellos durante el sexo. Cuando vos estés arriba y en pleno acto, deja que tu pelo los roce.
Codos
Lámele o frótale con suavidad el pliegue del codo. O seguí hacia arriba la vena del brazo hasta el codo, mirándolo con frecuencia para darle a entender que estás pensando en besarle otro sitio…
Dedos
El viejo truco de chupar los dedos es un clásico, pero a los hombres les encanta porque les hace pensar en el sexo oral. Si sos capaz de mantener la cara seria, míralo a los ojos mientras lo haces.
Pecho
Proba a lamérselo y bésale todo el cuerpo mientras te encaminas hacia el sexo oral. O pellizcádselo suavemente con una mano. Varia la presión para ver qué le gusta.
Espalda
Amasa, acaricia y desliza las manos por su espalda. Usar lubricantes o polvos de talco facilitará las cosas.
Cola
A muchísimos hombres les gusta que les estrujen las nalgas. Otros aman que les pases las uñas por ellas durante el acto sexual.
Pene
El glande (la cabeza) es por lo general la parte más sensible de su pene. Presta especial atención a la corona (la cresta que va alrededor del glande) y al frenillo, que es esa especie de cordelito que hay bajo el glande.
Escroto y testículos
El escroto es el “saco” que contiene los testículos. Algunos hombres lo tienen demasiado sensible para tocarlo, pero a otros les encanta que se lo acaricien. Manéjalos siempre con mucho cuidado, porque son delicados.
Perineo
Es la zona comprendida entre el pene y el ano, ideal para añadir sensaciones sin tener que ir más allá.
Ano y próstata
Conviene preguntar antes: algunos hombres son reacios a que se los estimulen. Si te atreves a entrar por donde no brilla el sol, podéis llegar hasta la próstata, que a veces se describe como el “punto G masculino”.
Muslos
Anda subiendo desde los pies hasta los muslos, mientras los mordisqueas. Pero tené cuidado: puede ser que tenga cosquillas.
Rodillas
Es otra de las zonas que nos olvidamos, pero están llenas de terminaciones nerviosas. Bésale y acaríciale la parte de atrás, por donde se doblan, y verás cómo le gusta.
Pies y dedos de los pies
Dale a tu chico un masaje de pies. Los reflexólogos aseguran que la planta está conectada a todas las partes del cuerpo.
Un consejo...
No te sientas obligada a hacer ninguna de estas cosas. Los hombres ya quedan bastante agradecidos si tienen relaciones sexuales. A decir verdad, algunos se quedarán petrificados si te ponéis muy salvaje, así que estudia cuidadosamente a tu conquista antes de hacer algo demasiado avanzado.
Extractos del libro “Solo quiero sexo” (editorial De Bolsillo) de Emily Dubberley, editora de Scarlet - la revista de sexo para mujeres.
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