Alergia a la leche parte (1/3)

¿Qué es la leche?
La leche es una secreción nutritiva de color blanquecino opaco producida por las glándulas mamarias de las hembras de algunas especies de animales, que las definen como mamíferos. La principal función de la leche es la de nutrir a las crías hasta que son capaces de digerir otros alimentos, protegiendo su tracto gastrointestinal contra patógenos, toxinas y otras afecciones inflamatorias. Está compuesta principalmente por agua y, en menor proporción por iones (sales, minerales y calcio), hidratos de carbono (lactosa), materia grasa, proteínas y vitaminas. La leche de los mamíferos domésticos (principalmente de vaca, pero también de oveja, cabra, yegua, camella, etc.), debido a su alto poder nutritivo, forma parte de la alimentación humana diaria en la mayoría de las civilizaciones. La composición de la secreción láctea es específica de especie y se adapta en cada caso a las necesidades de crecimiento de sus crías.
La leche de mujer es el alimento específico y, por lo tanto, el más adecuado para el niño durante los primeros meses de su vida. Su contenido en proteínas es de 0,9-1,1 g/100 ml, con un 60% de proteínas séricas (suero de la leche), y un 40% de caseína. Cuando la mujer no puede mantener la lactancia, la alimentación del bebé se sustituye total o parcialmente por leche de vaca adaptada. La leche de vaca tiene un alto contenido en proteínas (3-3,5 g/100 ml). Las caseínas constituyen el 80% del total y las proteínas del suero representan el 20%; todas excepto la betalactoglobulina (BLG), están presentes en la leche de mujer. Con la lactancia artificial, el niño recibe una fórmula adaptada de leche de vaca, con una proporción de proteínas séricas, caseínas, lípidos, sales y vitaminas que se asemeja a la de la leche humana, pero con diferencias estructurales en sus proteínas.
 
¿Qué es la alergia a la leche?
Se trata de una reacción adversa del organismo frente a las proteínas de este alimento. No todas las reacciones adversas a la leche son alérgicas. La alergia a la leche es una reacción adversa mediada por un mecanismo inmunológico. Se trata de una respuesta desproporcionada del sistema inmunitario frente a un alimento normalmente inofensivo. Los individuos con una predisposición alérgica, tras los primeros contactos con el alimento, reconocen proteínas extrañas o partes de estas proteínas (denominadas epítopos o determinantes antigénicos), que difieren de las de la leche humana, y que son capaces de inducir una respuesta inmunológica.
 
¿Por qué se produce alergia a la leche de diferentes animales?
La leche de vaca contiene al menos 25 proteínas distintas entre séricas y caseínas. Las caseínas son los alérgenos mayores (principales) de la leche de vaca. Hay tres tipos de caseínas: alfa (1 y 2), beta y kappa. Entre las proteínas del suero de la leche de vaca, los alérgenos más importantes son la betalactoglobulina (BLG) y la alfalactoalbúmina (ALA); son alérgenos menos trascendentes las inmunoglobulinas bovinas (BGG) y la albúmina sérica (BSA), que pierde su alergenicidad (capacidad de producir alergia) cuando se somete a altas temperaturas.
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La alergia a la leche de vaca suele desarrollarse en el primer año de vida.
(Créditos, F. 86)
La leche de otros herbívoros (cabra, oveja) utilizada también en la alimentación humana contiene proteínas con estructura y propiedades biológicas semejantes a las de vaca, capaces de inducir reacciones alérgicas en la mayoría de los individuos con alergia a la leche de vaca. Esta reactividad cruzada es más débil con la leche de otras especies (yegua, burra y camello), actualmente de uso excepcional en nuestro país. La alergia a leche de cabra y oveja con tolerancia a leche de vaca, o viceversa, es excepcional, pero ha de tenerse en cuenta en el estudio de las reacciones adversas a alimentos.
La asociación de alergia a la carne de vaca es ocasional. Los pacientes con alergia a leche de vaca e IgE específica frente a sero-albúmina bovina (BSA) pueden tener reacciones con carne de vacuno, debido a su contenido en BSA. Sin embargo, la sintomatología es poco frecuente, ya que las altas temperaturas deterioran este alérgeno y lo hacen tolerable para el individuo alérgico.
 
¿Cuándo aparece la alergia a la leche de vaca?
La alergia a la leche de vaca suele desarrollarse en el primer año de vida. Las reacciones adversas a la leche pueden presentarse desde el nacimiento, incluso en niños con lactancia materna exclusiva por el paso de las proteínas a través de la leche materna. En países desarrollados, la frecuencia de alergia a leche de vaca se sitúa entre el 2 y el 3%. Uno o dos niños de cada cien, en nuestro país, desarrolla alergia a la leche de vaca en el primer año de vida. La mayoría de los niños pierde la alergia a la leche a lo largo de los tres primeros años, y entre la población adulta la sensibilización clínica a la leche es excepcional.
Los síntomas se inician en los primeros meses de la vida, al sustituir la lactancia materna por una fórmula adaptada de leche de vaca, casi siempre en la primera semana tras el inicio de la lactancia artificial. El niño suele tolerar bien los primeros biberones pero, a veces, aparecen síntomas tras la toma del primer biberón. Raramente aparecen con la lactancia materna, coincidiendo con la ingestión previa por la madre de leche de vaca, ya que el niño puede sensibilizarse y posteriormente desarrollar una reacción alérgica a las escasas proteínas del alimento transportadas en la leche materna. En estos casos, los síntomas son casi siempre leves, como vómitos o urticaria alrededor de la boca coincidiendo con la toma.
 
¿Qué personas pueden padecer alergia a la leche?
La tendencia a desarrollar alergia suele tener una base hereditaria, lo que significa que se puede transmitir de padres a hijos a través de los genes. Pero la transmisión de la alergia es poligénica y en su desarrollo participan también múltiples factores ambientales que determinan su aparición. Aunque la prevalencia de la alergia a leche de vaca es más alta en niños con padres o hermanos alérgicos, este hecho no asegura el padecimiento de alergia por los descendientes. De todos modos, una cantidad reducida de niños sufre de alergia a pesar de la ausencia de antecedentes familiares de esta índole.
La alergia a la leche de vaca puede presentarse en cualquier individuo, pero se advierte mayor predisposición en los niños con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas. Suelen ser niños con lactancia materna prolongada y administración intermitente de fórmula de leche de vaca en las primeras semanas de la vida. No se ha demostrado el papel favorecedor de la sobrecarga con proteínas de leche de vaca en la alimentación materna durante el embarazo, y la lactancia artificial exclusiva no parece ser un factor favorecedor del desarrollo de alergia. Recientemente se han identificado, en el calostro, factores moduladores para el desarrollo del sistema inmunitario del niño, como el TGF-beta-1 (transforming growth factor-beta-1), que promueven la producción de anticuerpos del tipo IgA (inmunoglobulina A) e inducen la tolerancia a antígenos alimentarios. Algunos investigadores encuentran este factor disminuido en la leche de madres de niños con alergia a PLV (proteínas de leche de vaca), mediada por IgE. Sin embargo, la modulación de la respuesta inmunitaria del niño a través de diferentes componentes de la leche materna ofrece aún muchos aspectos pendientes de investigación.
 
¿Cómo se produce la alergia a la leche?
La respuesta alérgica tiene tres fases que se desarrollan consecutivamente:
Una primera fase de reconocimiento de las proteínas de la leche como algo extraño y nocivo para el organismo, en la que participan diferentes tipos de células del sistema inmunitario.
Una segunda fase de desarrollo de la respuesta del sistema inmunitario contra estas proteínas, que consiste en la producción de anticuerpos IgE específicos de antígenos, es responsable de las reacciones alérgicas de hipersensibilidad inmediata. En algunas ocasiones se desarrolla una respuesta contra las proteínas de la leche mediada por células inmunocompetentes, y ocasionalmente la respuesta es mixta, mediada por ambos mecanismos. Las moléculas de IgE (inmunoglobulina E) específica se unen por un extremo a los receptores de la membrana de diferentes células inflamatorias, entre ellas basófilos y mastocitos, distribuidos por todo el organismo.
Entonces, tras una nueva exposición a la leche, los epítopos de sus proteínas unen el extremo libre de varias moléculas de IgE sobre mastocitos y basófilos, produciendo cambios en la permeabilidad de su membrana, con la consiguiente liberación de sus mediadores, que actúan produciendo los síntomas típicos de estas reacciones en pocos minutos. Algunos pacientes que desarrollan IgE específica nunca llegan a tener reacciones alérgicas, y la mayoría de los niños que tienen alergia a leche mediada por IgE puede desarrollar tolerancia aun en presencia de estos anticuerpos.
Tabla 1. Signos y síntomas de alergia a la leche de vaca*
Signos
Síntomas
Cutáneos
  • Prurito
  • Eritema
  • Rash
  • Urticaria
  • Edema de labios, párpados…
  • Eccema atópico
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Digestivos
  • (SAO) Prurito orofaríngeo
  • Ligero edema/urticaria local
  • Disfagia
  • Náuseas, vómito, regurgitación
  • Dolor abdominal
  • Diarrea
  • Hematoquecia
  • Cólico
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Respiratorios
  • Rinitis
  • Conjuntivitis
  • Disfonía
  • Sibilantes torácicos
  • Asma
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Anafilaxia
  • Intensa dificultad respiratoria
  • Estridor inspiratorio/edema laríngeo
  • Apnea
  • Asma grave
  • Síntomas/signos de hipotensión
  • Disminución de conciencia
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Otros
 
 
 
  • Rechazo del alimento
  • Irritabilidad
  • Retraso del crecimiento
  • Déficit de hierro

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